domingo, 3 de marzo de 2013

Un pez llamado Wanda



Tremendamente aburrida, esta película apenas tiene nada que ver con las que ya hemos comentado dentro del tributo a los Monty Python. Son unos 100 minutos que pasan sin pena ni gloria, con ligeros amagos de hacer gags a los que los Python nos tienen acostumbrados pero que no terminan de cuajar.


Una banda de ladrones roba más de 13 millones de libras en diamantes y guardan el botín en un almacén para fugarse de Inglaterra un par de días más tarde, cuando la policía no les busque. Wanda y su amante, dos integrantes de la banda, traicionan al jefe para quedarse con las joyas, haciendo que lo detengan. Pero no contaban con que éste hubiera escondido las joyas como seguro. Es entonces cuando comienza la carrera por descubrir el paradero del botín.


Para mí el rollo Monty Python son los gags cortos, absurdos y directos, no esto. Hay alguna escenita suelta que podría salvarse, pero son tan poco memorables que no merece la pena ni nombrarlas. Es cierto que no están todos los Python, es principalmente John Cleese quien lleva todo el peso de la cinta en la parte creativa, pero no por ello la gente deja de considerar esta película como "una más de los Monty Python". Y antes de acabar, tengo que gritar a los cuatro vientos que es totalmente inmerecido el Oscar a Kevin Kline, por Dios. ¿Estamos locos o qué? No sé que tipo de competencia tendría ese año, porque es una actuación divertida pero del montón. Una mal despedida para un buen homenaje, pero no siempre se acierta.



VALORACIÓN: Regulera

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