sábado, 14 de marzo de 2015

El jardín del diablo

 


Otra peli más del oeste con un Gary Cooper madurito para la saca. En esta ocasión, unos buscavidas llegan a la costa mexicana tratando de hacer fortuna, cuando una oportunidad inmejorable se les presenta caída del cielo: una mujer solicita ayuda para rescatar a su marido de una vieja mina de oro, ofreciendo una gran recompensa a cambio.


En la película veremos que el viaje es más que largo, así que no sé como demonios aguanta el marido tantos días abandonado. Pero qué demonios, el cine es así. Una vez lleguen a la mina, surgirá más de un problema por oro, mujeres y, cómo no, indios cabroncetes.

viernes, 6 de marzo de 2015

La octava mujer de Barba Azul

 


Después de mi sorpresa en Arianne, me he acostumbrado a ese Gary Cooper cómico, desconocido para mí. "La octava mujer de Barba Azul" es un ejemplo más.


Un millonario con un afán impropio por casarse para lo que nos tiene acostumbrado el estereotipo y una muchachita soltera con un padre en la ruina. Todo empieza con la compra de un pijama. La parte superior concretamente. A partir de ahí, una serie de gags bastante divertidos (al menos en la primera mitad de la cinta).


No os voy a mentir. Pensaba que era una película de piratas.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Adiós a las armas


Terminado el Retroback, me he quedado con mono de Gary Cooper, así que voy a ver unas cuantas películas más de su filmografía. Lo malo es que me temo que no he empezado por la mejor precisamente.


Esto es una historia de amor en tiempos de la I Guerra Mundial (demonios, si es que cuando se rodó la peli faltaba una década para la II GM) entre un soldado y una enfermera. Y... poco más.


Si bien es cierto que está entre sus películas más famosas (y tiene un Oscar a mejor fotografía), a mí me resultó tremendamente pesada. Puede que estuviera más cansado de la cuenta cuando la vi o que simplemente sea mala. El caso es que me pareció un tostón y casi me quedo frito. No todo iba a ser bueno. Aunque como en "Marruecos", también influye el hecho de que sea de 1932 y que tenga una banda sonora que brilla por su ausencia. Dicho queda.